Los meses pasaron, los cables se fueron terminando y mi cachorro se transformó en un enorme perro, tuvo que salir de casa por su tamaño, ahora es el rey de la cochera, me convertí en uno de esos vecinos que siempre critiqué porque destinaron un espacio de su casa a ser perrera. A veces siento muy feo no tenerlo siempre cerca, pero es imposible controlarlo.
El amo del terror de mi calle es Blucky, odia al cartero como tradicionalmente marca el estereotipo, el pobre hombre ya ni siquiera se atreve a meter las cartas en el buzón, de plano los repartidores de pizzas, sushi y la tienda ya no quieren venir a surtir pedidos a mi casa. La parte buena... Los vecinos no se acercan.
He tratado de aprender del encantador de perros, pero no he visto resultados, todos los días, corremos, jugamos y peleamos, pero el sigue con tanta energía y agresividad que no lo puedo controlar. Raspones, aventones y gritos son mi pan de cada día.
Necesito ayuda! un perro se apoderó de mi casa!